jueves, 10 de diciembre de 2009

Antonio Elorza

Me gusta leer a Antonio Elorza en El Pais.
No coincido con muchos de sus criterios ,puntos de vista,apreciaciones subjetivas,análisis o su cosmovisión en general.
Pero es muy profundo y comparto muchas de sus apreciaciones
Me parece interesante para comparar nuestras culturas politicas e irnos acostubrando a ke puede haber gente con pensamientos o actitudes ke jamas creeríamos posibles
Un señor vasco,republicano,constitucionalista y algo de izkierdas.Un intelectual de altos vuelos.
Joakin



Antonio Elorza, junto a Rosa Díez, en una conferencia en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid.Antonio Elorza Domínguez (Madrid, 20 de noviembre de 1943). Historiador, ensayista y catedrático de Ciencias Políticas en la Universidad Complutense de Madrid.
tAntonio Elorza
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Además de contar con un extenso trabajo de investigación sobre la historia del pensamiento político y de los movimientos sociales en España, patente en obras como La ideología liberal en la Ilustración española o Pensamiento político en España, siglos XIX y XX, Elorza ha pasado en los últimos años a centrarse en el estudio de los nacionalismos y los integrismos, plasmado, entre otras, en las siguientes obras: Tras la huella de Sabino Arana: los orígenes totalitarios del nacionalismo vasco, Umma: el integrismo en el islam y El nuevo terrorismo islamista.

Elorza mantiene una inacabada polémica con la profesora Gema Martín Muñoz y otros arabistas españoles, discrepa de la tesis del fallecido escritor palestino Edward W. Said, y en los últimos tiempos ha tenido sus más y sus menos con Tariq Ramadan, hasta derivar en una enconada controversia. "La modernización de fachada esconde en Tariq Ramadán una posición de rígido neofundamentalismo", sostiene Elorza.

También ha tenido cierta repercusión un intercambio de artículos con José Álvarez Junco sobre el surgimiento del concepto de nación española.[1]

Pese a participar en la fundación de Izquierda Unida, en las elecciones de 2008 apoyó a Unión Progreso y Democracia, a cuya candidata Rosa Díez presentó en un acto universitario que intentó ser boicoteado por un grupo de estudiantes.[2]

Bibliografía [editar]Socialismo utópico espanol, 1970.
La ideología liberal en la ilustración española, 1970.
Federalismo y reforma social en España (1840-1870), 1975
(Co-autor: Elena Hernandez Sandoica) La Guerra De Cuba (1895-1898): Historia Politica De Una Derrota Colonial, 1998.
(Co-autor: Marta Bizcarrondo) Queridos Camaradas: La Internacional comunista y España, 1919-1939, 1999.
La historia de E.T.A., 2000.
Umma: el integrismo en el Islam, 2002.
(Co-autor: Fernando Reinales) El Nuevo Terrorismo Islamista, 2004.
Tras la huella de Sabino Arana: los orígenes del nacionalismo vasco, 2005.
Enlaces externos [editar]http://usuarios.lycos.es/politicasnet/autores/elorza.htm



Honduras, golpe a golpe
ANTONIO ELORZA 25/09/2009

Los múltiples comentarios y juicios sobre la crisis hondureña vienen olvidando un pequeño detalle, que la Constitución de Honduras, en su artículo 239, dispone el cese del presidente si éste por el medio que sea intenta la propia reelección:


"El ciudadano que haya desempeñado la titularidad del Poder Ejecutivo no podrá ser Presidente o Designado. El que quebrante esta disposición o proponga su reforma, así como aquellos que lo apoyen directa o indirectamente, cesarán de inmediato en el desempeño de sus respectivos cargos, y quedarán inhabilitados por 10 años para el ejercicio de toda función pública". El lector juzgaráHonduras y sus golpes
ANTONIO ELORZA - Madrid - 29/09/2009



En su carta del domingo, Alfonso López dice abiertamente que al probar yo que las acciones de Zelaya hacían necesario su cese, según la Constitución, justificaba el golpe militar. Falso. Son dos cosas diferentes y por eso yo ni mencionaba a los golpistas ni emitía veredicto alguno, y se lo dejaba a los lectores. Mi propósito era subrayar que en el origen de esta crisis se encontraba el propósito abiertamente anticonstitucional de Zelaya de ser reelegido, lo cual según la misma Constitución le ponía fuera de la ley (artículo 239). Cosa que casi todos olvidan, de Lula a Moratinos.

Otra cosa es que la solución consistiese en otro golpe, mediante la acción del Ejército, que efectivamente pone en marcha la aplicación del artículo 3. De ahí que para un lector de buena fe mi posición debiera quedar clara con sólo acudir al título de mi carta: Honduras, golpe a golpe. Es decir, ni Micheletti, ni Zelaya: democracia.




ANTONIO ELORZA
¿Reconstruir el Muro?
Una política de izquierda es posible, sin recaer en nostalgias de infiernos pasados
ANTONIO ELORZA 05/12/2009



En vísperas de que hace 20 años cayera Ceaucescu en Rumania, el dibujante Forattini mostraba en una viñeta a un niño con los bigotazos del líder ex comunista Achille Occhetto que saltaba sobre las ruinas del muro de Berlín, queriendo escapar. El seudosocialista Craxi se lo impedía diciendo: "¡No, tú no!". De hecho hasta hoy la derecha italiana ha seguido esgrimiendo la acusación de comunismo contra las organizaciones procedentes de un Partido Comunista, el de Berlinguer y Napolitano, que fuera pilar del orden constitucional y del mantenimiento de una mentalidad democrática en Italia.


Al asumir sin reservas la democracia, el llamado "eurocomunismo" trazó en Italia y en España una clara divisoria ante el modelo soviético, en cuya revisión crítica se implicaron buen número de sus intelectuales. Hubiese sido lógico que esa tendencia se acentuara al desaparecer el "socialismo real" y quedar al descubierto en los archivos todos sus abusos, e incluso la dimensión genocida de las políticas de Stalin y Lenin. No obstante, por lo menos entre nosotros, puede comprobarse que tal previsión no se ha cumplido. Vuelve un lenguaje de "guerra de clases" contra el capitalismo, cuya única justificación es la actual crisis, sin la menor referencia a los aspectos negativos del pasado comunista. Los verdugos estalinistas pueden dormir tranquilos. Los crímenes del capitalismo (o del imperialismo) lo justifican todo.

En este sentido, el Congreso del PCE, reunido en el aniversario de la caída del Muro, ha ofrecido un ejemplo insuperable de ensimismamiento y de amnesia colectiva. Los comunistas, al decir de su nuevo secretario general, no tienen que arrepentirse de nada: fueron siempre héroes.

Volvemos al periodo de "clase contra clase", sin alcanzar siquiera el nivel autocrítico del XX Congreso del PCUS en 1956. La encarnación del Mal, el Capitalismo, mediante el mercado "impone una democracia de baja intensidad", la cual, por su condición subordinada al poder económico "anula la capacidad crítica del individuo" y se pretende "la única democracia posible". Contra ella "tenemos que rebelarnos".

El antídoto revolucionario es la "democracia participativa", aroma de Chávez, aupada sobre "la lucha y la movilización", para oponerse a "las agresiones del capital" y frente a los mecanismos "individualistas" de toma de decisiones (elecciones). La superación del capitalismo sólo se alcanzará mediante el socialismo. Sin más. Marx se pierde en la lejanía. Y también el Partido Comunista "de Pepe Díaz y Dolores" que invoca como antecedente suyo, ignorando que ese Partido fue el del Frente Popular que acabó con el "clase contra clase" y defendió un régimen democrático. Centella debiera leer la durísima crítica de Dolores Ibarruri a la invasión de Checoslovaquia por el Pacto de Varsovia en 1968, si pretende de veras "entroncar con lo mejor de nuestra historia".

Ante todo, es amigo de Cuba (léase del castrismo), donde, a su juicio, los hoy encarcelados fueron "cómplices de atentados terroristas", o "han estado a sueldo de la Embajada de EE UU". Apenas un demagogo del régimen se atrevería a hablar así. Las preferencias de Centella van hacia "los procesos de acumulación del poder popular". Más Chávez.

El chavismo constituye el puente entre este PCE regresivo y los grupúsculos que, desde un dualismo similar, buscan también "el socialismo del siglo XXI". Proponen para ello como Besancenot en Francia un frente anticapitalista. Aquí con desprecio hacia la democracia representativa y movilización antisistema. De nuevo la prueba de que la tierra es redonda consiste en que tras salir por la extrema izquierda se acaba en la extrema derecha. En este caso, asumiendo el supuesto contenido liberador de la violencia contra el pluralismo democrático, como hicieran antaño los jóvenes fascistas. Menos mal que hasta ahora la imitación es simple caricatura, igual que unos textos revolucionarios de insuperable cursilería en los cuales no falta la profanación del mito de Antígona para avalar la violencia.

Malos tiempos para la izquierda, necesaria siempre que nos atengamos a un eslogan del 68: "Todo reformismo se caracteriza por el utopismo de su estrategia y por el oportunismo de su táctica". Si sustituimos oportunismo por realismo, la fórmula es perfecta. La defensa de los desfavorecidos, una movilización creciente contra la xenofobia (referéndum suizo) y la corrupción, un proyecto ecologista que supere el desfase entre las palabras y las políticas, medidas socialdemócratas contra la crisis gravando las rentas más altas y no el consumo de la mayoría, supresión inmediata de la Ley Beckham, crítica ponderada a las generalizaciones que salpican el proyecto de Economía Sostenible, son muestras de que una política de izquierda es posible, sin recaer en nostalgias de infiernos pasados.



ANTONIO ELORZA
PSOE / PP, el ensimismamiento
ANTONIO ELORZA 26/09/2009

El último Consejo Federal del PSOE ha constituido una espectacular demostración de unidad, y en el pensamiento de José Luis Rodríguez Zapatero esa cohesión será su principal legado al futuro del partido. Quienes la han atacado, fundamentalmente este diario, se han equivocado al elaborar su plan de destrucción: los socialistas no permitirán que nadie les escriba el guión. La reacción de Zapatero ha obtenido un aplauso generalizado, tanto de quienes están obligados a ello, caso de Público, como de tenaces opositores habituales, caso de El Mundo. Curiosamente, en ninguno de estos comentarios elogiosos se introduce la cuestión al parecer irrelevante de cuál era el contenido de las críticas vertidas por quienes ahora "bombardean La Moncloa" y si tales críticas resultan confirmadas o desmentidas por las intervenciones del presidente.


Zapatero ha construido una trayectoria errática a golpe de improvisaciones en política económica
Zapatero ha dicho que "gobernar incluye improvisar". Ésta era precisamente la principal censura que se dirigía contra su acción de gobierno en el último medio año. Al borde de una crisis claramente previsible en víspera de las elecciones y en medio de la misma, obsesivamente negada por orden superior, Zapatero ha construido una trayectoria errática a golpe de improvisaciones en su política económica. Así le vimos poniendo sobre la mesa la apuesta electoralista de los 400 euros, hoy sabemos que frente a la realmente progresista de Solbes de desgravarlos a las rentas más bajas. Votos mandan. Luego salió en apoyo de los bancos y ahora -como, según asegura, lo peor de la crisis ha pasado- la preocupación exclusiva es la política social por encima de "cualquier otra circunstancia" y la "atención al paro". Antes, para nada socialdemócrata; ahora socialdemócrata incluso con lenguaje populista: tenemos al único líder que en Europa "se opone a los poderosos".

Aun cuando se esté de acuerdo, como es mi caso, con las medidas protectoras, resulta discutible semejante procedimiento de enfocar únicamente el paro, olvidando deliberadamente la economía. Está muy bien extender al máximo la protección, pero en una crisis la política fiscal no puede atender en exclusiva objetivos sociales, que quedarán anulados si la economía del país empeora. Por eso, para que encaje el relato, Zapatero tiene que acudir a la previsión optimista: lo peor ya pasó, afirma. Así se justifica que ponga la carreta delante de los bueyes; primero el fin social y luego cómo encontrar los recursos financieros, en vez de pensar ambas cosas conjuntamente. Opción menos rentable ante la opinión pública. Pronto todo irá hacia lo mejor con el mejor de los presidentes.

Ante el Comité Federal, Zapatero evitó hacer balance de la política económica del Gobierno. Como nos critican, renunciemos a pensar, es la consigna. Dos editoriales de un periódico son el problema, no la crisis. Los dirigentes del PSOE, los cuadros medios, incluso los militantes se convertirán en transmisores. Lo que debe hacer el monolítico partido ante la sociedad, en palabras de Chaves, es "esforzarse por explicar la hoja de ruta", es decir, las directrices que el presidente va a fijar para la ocasión, como la subida de impuestos, sin que siquiera informe en el Consejo Federal a esos mismos transmisores de sus líneas maestras. Vacío de análisis, pero determinación total, así como exigencia de seguimiento. En el PSOE impera el "flujo circular del poder" que R.V. Daniels fijara como pauta de funcionamiento del partido soviético: dada la integración de los dirigentes en el aparato de Estado, los nombramientos dependen de la plena lealtad al líder, sin reserva alguna, y luego revierten en apoyo inquebrantable a sus decisiones.

No debe extrañar que ese requerimiento de plena lealtad se extienda a los medios de comunicación. Antecedente: la estrategia de la araña desarrollada por Aznar con idéntico blanco. Ciertamente este diario apoyó con fuerza al socialismo español desde 1977, pero siempre mantuvo un grado de pluralismo, preservó la autonomía de la propia reflexión política y no ha sido una correa de transmisión en los términos que garantizan a Zapatero sus recientes promociones de medios. La inseguridad de la política presidencial no es un producto de estas páginas. Así como la gravedad del momento no amenaza al "capitán", sino a la nave.

El capitán cuenta con la complicidad involuntaria de su adversario. Zapatero no tiene ideas, sino ocurrencias -a veces de lamentable oportunismo, al plegarse ante Berlusconi-, pero es que Rajoy nada hace. Igual que Zapatero, impone una disciplina férrea sobre el PP, sin siquiera suscitar en su dirección el coro de aprobaciones. Gris sobre gris. Como el personaje de Machado, espera que en 2012 llegará al poder "cual torna la cigüeña al campanario". Salvo catástrofes, puede esperar.

ANTONIO ELORZA
Lenin, Perón, Chávez
ANTONIO ELORZA 12/09/2009

La revolución rusa de 1917 tuvo un efecto sobre la izquierda socialista que más tarde había de repetirse en Irán para el islamismo: el sueño se convirtió en realidad tangible. Pese a las dificultades experimentadas, ambos regímenes acabaron consolidándose y sirviendo de ejemplo y de aliciente a quienes compartían su modo de pensar. Para los comunistas de todos los países, la simple existencia de la patria del socialismo constituyó un factor decisivo de movilización y tal expectativa se multiplicó a partir de 1945, en una siembra de paraísos imaginarios, de la China de Mao a la Cuba de Fidel Castro.


Paralelamente, en un marco de libertades políticas, la socialdemocracia contribuyó a transformar las condiciones de vida de las capas populares, hasta crear la figura del affluent worker, del trabajador opulento, ampliando el campo de la ciudadanía política hasta la ciudadanía social. En los 70, despuntó la posibilidad de una vía democrática al socialismo, con el refuerzo eurocomunista, justo cuando el cambio económico, al tiempo que sumía en una crisis irreversible al socialismo real, socavaba los pilares de la socialdemocracia, desde entonces hasta hoy a la defensiva. Tras las grandes movilizaciones de 1968-69, la clase obrera desapareció como protagonista de la historia. La consigna de Mayo, Ce n'est qu'un debut, continuons le combat! se desvaneció para siempre.

Además el desplome del "socialismo real" reveló los horrores del sistema, observables desde Moscú a Pekín y a Phnom Penh. Pero la izquierda de procedencia comunista evitó reconocerlo. Eximente: la globalización sugería más que nunca la búsqueda de una alternativa, ahora ampliada por el tema crucial del calentamiento del planeta. Solo que la solución no consistía en repintar las ideas que sustentaron regímenes de dictadura y terror. Millones de víctimas del estalinismo son comparables a las del capitalismo, absuelven los turiferarios de Chávez. Y para el caso añaden la siniestra estupidez de que a más poder personal corresponde "mayor empoderamiento (sic) del pueblo". Cuando con todas sus insuficiencias, "el voto es el instrumento más eficaz y piadoso que han imaginado para su conducción los hombres" (José Martí dixit).

El desprecio de la democracia viene siendo un rasgo distintivo del neosocialismo. Desaparecido el referente concreto del bloque soviético, queda el recurso a los rechazos primarios. Hasta Obama, el antiamericanismo fue de gran utilidad (otra cosa es la crítica a las políticas made in USA), y la globalización, sin más matices, sirvió de chivo expiatorio. Curiosamente con un también constante olvido de la premisa fijada por Marx: el proyecto revolucionario ha de fundarse sobre un conocimiento científico de la realidad. De ahí la nula contribución de estos radicales al conocimiento de la dinámica económica que abocó a esta crisis. Dibujar blanco contra negro no es analizar.

Olvidada la exigencia de Marx, hay que aferrarse a los símbolos. Ejemplo: el culto del Che. O la defensa de un régimen como el castrismo, que lleva medio siglo empobreciendo y sojuzgando a la isla. Con proclamarse antiimperialista todo está resuelto. Las esperanzas se ponen en un "socialismo del siglo XXI" a la sombra del populismo autoritario de un demagogo. Partiendo de un peronismo falsamente bolivariano, reencontramos la fórmula de Castro dirigida a eliminar escalonadamente la libertad política y ensayar ocurrencias anticapitalistas cuya ineficacia cubrirán las exportaciones petroleras. Y como último refuerzo ideológico, un cóctel caótico de citas, legado del joven Fraga, ensalzando al Islam revolucionario y antiimperialista.

Opera una solidaridad selectiva. Al modo de Moratinos, paladín demócrata para Honduras y abrazado luego al tirano Obiang, con movilizarse por Palestina, contra Israel, más respaldar a Cuba y a Chávez, se cubre la cuota de progresismo. Nada de críticas a Rusia y China, tal vez por antiguos parentescos. Ante Tíbet y Xingiang, indiferencia generalizada, como ante las tragedias birmana e iraní. Quebrada la utopía, la identidad izquierdista deviene así curiosamente pragmática, trepadora incluso por lo que contemplo, al ceñir su propósito a consolidar la propia autolegitimación, eludiendo la compleja lucha contra las opresiones y por la democracia, cuya exigencia sigue viva. Lo recordaban en TVE-2 las reflexiones propalestinas de un veterano actor progresista sobre los "hermanos palestinos" y los "hermanos israelíes", o las estrofas de We shall overcome entonadas en farsí por Joan Baez para recordar que Irán, como Suu Kyi, nos concierne a todos. Ése es el áspero camino de la izquierda democrática, que aprendió en el siglo pasado a detestar la dictadura.

Entretanto Oliver Stone celebra exultante a Chávez. ¿Hubiera podido criticarle? Va de dictador en dictador.


ANTONIO ELORZA
Elogio del malgobierno
ANTONIO ELORZA 24/10/2009



El ministro Moratinos insiste en su peculiar visión de la política exterior progresista. No le conmueve la noticia de que Al Qaeda en Marruecos proclame su objetivo de lograr la yihad mediante la reconquista de Al-Andalus; nada en su Casa Árabe se ocupa del islamismo terrorista, que para sus responsables no existe. Y sobre todo acaba de descubrir con su viaje a Cuba el remedio mágico para que la dictadura castrista se abra: marginar a los demócratas de la isla y convertirse en adalid de un trato preferente al Gobierno del siniestro Raúl.


Según Moratinos, el hambre de los cubanos se arregla con limosnas, no con pluralismo
La "posición común", mediante la cual la Unión Europea presiona por la democracia debe ser cancelada. Moratinos intenta convencernos de que cuanto más se apoye al régimen represivo, generador de la miseria con su socialismo de cartón piedra, mejor para el "pueblo cubano". Actitud que recuerda el título de un conocido libro de Borges. Según el ministro, el hambre de los cubanos se soluciona con limosnas, no con pluralismo democrático. Gran progre.

Entretanto, Zapatero consigue ver aprobados los Presupuestos, a costa de confirmar al PNV en la hegemonía en Euskadi, avalándole para que proporcione una preciosa ayuda a ETA, al manifestarse en defensa del enésimo intento de formar un partido-satélite de la banda y contra la Ley de Partidos.

En tales circunstancias, corresponde al PP el mérito de seguir proporcionando argumentos para que muchos españoles den el voto a Zapatero en el futuro. Con el simple objeto de evitar que el actual grupo dirigente del PP proyecte sobre el Gobierno del país el caos que está sembrando desde la oposición. Más allá de que sus principales opciones sean o no razonables, nada justifica que las planteen siempre con un propósito de desestabilización. Así ha sucedido en el tema de la reforma de la Ley del Aborto, que sus bases han convertido en una cruzada apocalíptica, no contra la reforma, sino contra una ley que el PP respetó mientras estuvo en el Gobierno. Así que dando una lección de liderazgo, Rajoy permanece primero al margen, luego la asume de cara al futuro, y declara finalmente que llegado al poder no respetaría la nueva ley. ¿Por qué? No sabe, no contesta. Ni un argumento que tome en consideración los problemas de la reforma o sus eventuales ventajas sobre la precedente. Ignorancia deliberada de cómo se enfoca el problema y cuáles son las ventajas e inconvenientes de las distintas legislaciones vigentes en Europa. Maniqueísmo puro y duro. Reacción.

Como ante el acoso judicial sufrido por el juez Garzón. Hubo decisiones suyas discutibles, pero es difícil ignorar que su papel en la lucha contra ETA ha resultado decisivo y que el intento de ajustar las cuentas de una vez con la dictadura de Franco es algo que concierne a todos los demócratas, entre los cuales debieran encontrarse los "populares", aun añadiendo las matizaciones que estimasen oportunas. Entre ellas hubiera sido útil la de recordar que no hay asesinados de izquierda o de derecha, republicanos o "nacionales", sino asesinados. Después de ver la espléndida Katyn, de Wajda, pienso en Paracuellos, pero esta tragedia made in Stalin no puede, a pesar todo, ser puesta al mismo nivel que el designio genocida que acompañó al 18 de julio. Permitir que los medios conservadores celebren un próximo fin del "juez estrella" por el enjuiciamiento del franquismo, les lleva en el túnel del tiempo a asociarse a los sublevados. Y esto ni siquiera es rentable electoralmente.

El caso Gürtel ha provocado un recital de torpezas. Nadie estaba mejor situado que Rajoy para ahondar en el problema sobre datos internos. Primera sospecha: si estaba al tanto, es cómplice; si no se enteró, signo de incapacidad. Lanzó la calumnia de la "conspiración", y sólo cuando los datos se hicieron abrumadores, cayó una cabeza. ¿Consecuencia? El partido queda a la merced de nuevas caídas. No fue seguido el ejemplo de Aznar al zanjar el caso Cañellas. Ante una metástasis de corrupción: amputación. En definitiva, si el Partido Popular da semejante prueba de inepcia para resolver un problema propio, ¿cómo puede razonablemente aspirar al Gobierno de España?

Queda otro caos, el que en beneficio de los constructores está provocando en Madrid la gran esperanza blanca, Ruiz-Gallardón, con su despilfarro ante la absurda aspiración a los Juegos Olímpicos con repetición de continente y sus inútiles losas de lujo. Todo vale para auparse sobre sí mismo. Incluso al parecer destrozar el armonioso reparto de estatuas reales, desterrando la de Felipe III de la Plaza Mayor. Recursos y protestas masivos debieran ser de rigor.


ANTONIO ELORZA
Moratinos
ANTONIO ELORZA 21/11/2009



Cuando escribí estas líneas (jueves, 19 de noviembre) era aún desconocida la suerte de la candidatura de Miguel Ángel Moratinos al puesto de Alto Responsable de Política Exterior en la UE. No se trata, pues, de un esfuerzo marginal por aguar una fiesta ni de cebarse en un fracaso.


Una y otra vez prevaleció la política de escaparate, tan del gusto de Zapatero
Los cinco años y medio de gestión de Moratinos ofrecen ya base para un balance sustentado en datos suficientes. Una primera característica suya, nada irrelevante, es la debilidad de la política europea exhibida, incluso cuando ha tocado a España asumir responsabilidades tales como la presidencia de la OSCE. Fue una muestra de que así como existe una politique politicienne, una política politiquera, donde el contenido acaba literalmente absorbido por la forma, hay una diplomacia que en el tratamiento de los problemas es incapaz de ir más allá del silencio charlatán de las declaraciones de buenos propósitos. Ni siquiera en cuestiones como la de Kosovo, que indirectamente tanto nos afectaba, la postura española fue explicada con un mínimo de lucidez. Desde que ocurrió la crisis de agosto de 2008, he pensado una y otra vez en cuál hubiera sido la suerte de Georgia si en vez de encontrarse al frente de Europa el tándem Sarkozy-Kouchner, hubieran estado Zapatero y Moratinos. Por otra parte, en casos asimismo bien documentados, tales como las relaciones UE-Cuba, resulta evidente que la concepción europea de la democracia y de defensa de los derechos humanos se le escapa a Moratinos o la rechaza en función de su curiosa versión del hispanoamericanismo, ideológicamente orientado.

Lo que sí es cierto es que de contar como principal mérito la capacidad viajera, Moratinos tiene todas las ventajas. En un divertido artículo publicado en este diario en 2007, Peru Egurbide informaba de que en los 33 meses de gestión literalmente no había parado, con un recorrido medio en vuelos de 1.000 kilómetros diarios. Le podemos encontrar en Guinea abrazando a Obiang, en Teherán hablando contra el muro de los ayatolás para que no fabriquen el arma nuclear, en Lahore compartiendo enfado con su homólogo paquistaní por las caricaturas blasfemas o en La Habana comprometiéndose a "avanzar juntos" con Raúl Castro. Casi siempre bajo el signo de la superficialidad, con la excepción que confirma la regla del tema de Oriente Próximo, sobre el cual sí es capaz de elaborar análisis y de hacer propuestas sumamente constructivas, aunque como ocurriera en el curso de la guerra de Líbano, no midiera bien que en un escenario donde el caos se encuentra en todo caso a la sombra de la superpotencia norteamericana, desvelar el plan como iniciativa española, con un par de simpatizantes, suponía condenarle al fracaso de antemano.

Una y otra vez prevaleció la política de escaparate, tan del gusto de Zapatero. Nada mejor para ilustrarlo que la costosa inversión en fuegos de artificio en que ha consistido la Alianza de Civilizaciones. Un "diálogo de civilizaciones" podía suscitar algo del todo necesario: una colaboración, no sólo entre "occidentales" y musulmanes, sino extendido a representantes y analistas de las principales culturas y religiones para ahondar en las causas de la violencia y buscar acercamientos. Carece de sentido, en cambio, un show asimétrico que desde una actitud reverencial otorga únicamente importancia a episodios como las caricaturas o una película supuestamente ofensiva, considerando irrelevante que Al Qaeda apunte a Al Andalus o el integrismo islámico avance e intimide. Todo ello en nombre de una "alianza con el islamismo moderado", sin saber siquiera de qué y de quién se está hablando.

Lo más grave en Moratinos es, sin embargo, el desfase entre el progresismo siempre exhibido y unos comportamientos que lo desmienten. Anunció la defensa de la autodeterminación saharaui y de inmediato se adhirió a la política de Rabat. Proclamó como prioritaria la causa de los derechos humanos y desde su primer viaje a Cuba procedió a invertir la política de presión democrática de la Unión Europea, olvidando 2003 y marginando a la disidencia interior, para apoyar en cambio cálida y reiteradamente las reformas de Raúl Castro, cuya existencia él es el único político mundial en apreciar. Para Moratinos, la causa de la democracia es la de Zelaya en Honduras. Cabe adivinar en qué fregado hubiese metido a Europa como Responsable, interviniendo contra un golpe, pero olvidando que Zelaya estaba dando otro (Constitución hondureña, artículo 239). Su progresismo de fachada puede causar estragos: no hace falta que Chávez o Raúl Castro cuenten con un valedor en el vértice de la UE, mientras opresiones no rentables (Sáhara, Myanmar, Tíbet, Irán) son silenciadas por un estricto oportunismo.

TRIBUNA: ANTONIO ELORZA
Evo Morales: la nación partida
ANTONIO ELORZA 17/09/2009


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Los tres días de Evo Morales en Madrid han servido para poner de relieve la gran simpatía que hacia él siente un amplio sector de la izquierda española, y también para destacar los rasgos de una personalidad política donde la sinceridad se encuentra por encima del sectarismo. Sería un error que su viaje en el mismo autobús político albista que Hugo Chávez, el ecuatoriano Correa y los siniestros hermanos Humala de Perú, compartiendo con ellos un discurso antiimperalista contra EE UU, llevara a una identificación de los respectivos proyectos y personalidades.


Evo Morales Ayma

A FONDO
Nacimiento: 26-10-1959 Lugar: Orinoca


Devolver la dignidad a los indígenas y usar los recursos según los intereses bolivianos es de justicia
No es un tópico izquierdista reconocer que a lo largo de cinco siglos las colectividades indígenas andinas sufrieron una durísima opresión por parte de los colonizadores españoles y sus sucesores criollos, cuya última consecuencia fue la secuencia de marginaciones vigente hasta ayer mismo. La lectura de la estremecedora obra de Guamán Poma de Ayala sigue siendo de rigor. Tampoco responde a una tradición pseudohistórica la imagen de una continuidad en el espíritu de rebeldía que se tradujo en los movimientos insurreccionales de la década de 1780, y que tuvo una expresión cultural en las versiones andinas de las danzas de la conquista que recorren la América hispana. La pieza clave fue aquí posiblemente la supervivencia del ayllu, la comunidad de base campesina, de fuerte cohesión interna, eje del equilibrio y de la redistribución (desigual) en la era incaica, según nos explicara Nathan Wachtel en La visión de los vencidos, truncada pero mantenida a efectos de control y explotación por los colonizadores.

Perteneciente a la etnia aymara, Morales nació en una sección comunal del ayllu Sullka, y ese origen implicaba también continuidad de creencias, con la madre-tierra (Pachamama) como primer referente. Por encima de los cambios posteriores, con o sin un grado de reinvención, ese vínculo era un producto secular y la expresión de una identidad. Nada que ver, a pesar de las convergencias posteriores, con los montajes de otros miembros del ALBA. El sentido comunitario que impregna el lenguaje y el proyecto político de Morales puede ser producto de una reelaboración, pero es fiel a esos antecedentes, incluso para extraer conclusiones muy adecuadas a los problemas de hoy. Ejemplo: la evocación de la Pachamama, para recordar que la defensa de la tierra puede ser más importante para la humanidad que la salvaguardia de los hombres.

¿Racismo? Lo hay sin duda como ultranacionalismo xenófobo en el discurso de los Humala en Perú. Indirectamente, a través de la propuesta de Felipe Quispe Mallku, el líder aymara que precedió, colaboró y luego fue desbordado por Morales, dirigida a alcanzar una soberanía indígena plena mediante la reconstrucción del Imperio inca (Tahuantisuyu). En Evo Morales, y en su estrecho colaborador el ex maoísta Álvaro García Linera, la preeminencia indígena no supone la eliminación política de los blancos, sino una relación asimétrica en que la mayoría del país, compuesta por aimaras, quechuas y también guaraníes, se traduzca en una hegemonía alcanzada por procedimientos democráticos. Símbolo: su coronación en 2006 como Apumallku, máxima autoridad indígena, tras ser elegido presidente. Aunque las formas de presión en movilizaciones pasadas vulnerasen la democracia representativa.

El fondo de la cuestión, actuar contra las enormes desigualdades apreciables en Bolivia, devolver su dignidad a los indígenas secularmente subordinados y utilizar los recursos del país en función de los intereses bolivianos, y no de transnacionales, constituye no ya una exigencia del socialismo, sino de justicia democrática.

No todo es romanticismo. El poderoso movimiento indianista que supo liderar Evo Morales hubiera sido imposible sin la movilización social por unos intereses concretos, santos en la forma (la coca como hoja sagrada) y menos en el contenido (el mercado interior para pijchar coca no hubiera ofrecido tantas ganancias a los cultivadores). De ahí su antiimperialismo (antiamericanismo). La agitación cocalera que sirvió en todo caso de detonador para un viraje histórico fue la escuela de un tacticismo sindical que dio a Evo Morales ventaja sobre líderes más radicales tipo Quispe. Presión y pacto combinados son sus instrumentos, según pudo verse en el reciente enfrentamiento sobre la ley electoral.

El punto de equilibrio en el conflicto no se ha alcanzado todavía. Intereses y mentalidades se oponen, y en la nación boliviana hay una fractura. Ahí está el preámbulo a la Constitución de 2008, donde la auténtica nación es la indígena, con un lenguaje florido de fusión de hombres y tierras. Suena al subcomandante Marcos, Colonia y República encarnan el pasado opresor, el legado español.
Contrapunto: la Bolivia oriental en auge, donde radican los hidrocarburos, capital Santa Cruz, es de dominio blanco y respalda su singularidad con unos derechos históricos coloniales (1782), anteriores al nacimiento de Bolivia. Frente al indianismo de Morales, un españolismo acendrado que se refleja en la letra del himno cruceño: "La España Grandiosa, con hado benigno, aquí plantó el signo, de la redención". Bandera bicolor blanquiverde frente al estandarte insurreccional indígena, la wipala. Respaldado por la próxima victoria electoral, el lenguaje integrador exhibido por Morales en Madrid debiera impulsar la solución.

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